José María Aznar conoce la receta para que España salga de la crisis, como conocía la existencia de armas de destrucción masiva en Iraq o la responsabilidad de ETA en la tragedia del 11 M.
Ahora dice que él sabe como salir de la crisis, que ya lo ha hecho otras veces, si es que los tiene cerámicos el tío, los ladrillos me refiero, cerámicos, refractarios, hueco doble... lo que haga falta. Esto es fácil, se liberaliza el suelo, se regala el despido, se aumenta la jornada laboral, se invaden Cuba, Venezuela y la isla del Orégano y al negro ese que han colocado en la casa de los blancos lo freímos a la barbacoa vuelta y vuelta
Madre mía, es el único hombre que no solo no tiene abuela si no que no la ha tenido nunca, una crisis global como esta 6.500 millones de personas, y él y solo él tiene la solución a la crisis.
Mariano Rajoy, líder de la oposición ha afirmado recientemente que "no hay salida socialista a la crisis", un mensaje superficial que no resiste un mínimo debate político y económico. Los hechos son tozudos y conocidos, y las políticas que unos y otros defienden transparentes como el agua. Solo hay que recordar la adoración que Aznar y él mismo profesaban a la administración Bush así como su apoyo incondicional a las decisiones estratégicas, militares y económicas que se iban adoptando estos últimos 8 años
El mundo ha entendido, menos un pequeño reducto de cabezotas con sede en Génova 13, que el modelo neoconservador ha fracasado y que el futuro es el de la política económica que viene defendiendo largos años la izquierda europea que representa el socialismo socialdemócrata.
Aznar, un reconocido halcón "neocon", dice saber cómo salir de esta crisis, pero nos pide un ejercicio de fe y de nostalgia por el pasado sin concretar más medidas que la petición generalista de una reforma laboral, aunque todos somos capaces de intuir por donde andan los tiros: abaratar el despido
Ahora dice que él sabe como salir de la crisis, que ya lo ha hecho otras veces, si es que los tiene cerámicos el tío, los ladrillos me refiero, cerámicos, refractarios, hueco doble... lo que haga falta. Esto es fácil, se liberaliza el suelo, se regala el despido, se aumenta la jornada laboral, se invaden Cuba, Venezuela y la isla del Orégano y al negro ese que han colocado en la casa de los blancos lo freímos a la barbacoa vuelta y vuelta
Madre mía, es el único hombre que no solo no tiene abuela si no que no la ha tenido nunca, una crisis global como esta 6.500 millones de personas, y él y solo él tiene la solución a la crisis.
Mariano Rajoy, líder de la oposición ha afirmado recientemente que "no hay salida socialista a la crisis", un mensaje superficial que no resiste un mínimo debate político y económico. Los hechos son tozudos y conocidos, y las políticas que unos y otros defienden transparentes como el agua. Solo hay que recordar la adoración que Aznar y él mismo profesaban a la administración Bush así como su apoyo incondicional a las decisiones estratégicas, militares y económicas que se iban adoptando estos últimos 8 años
El mundo ha entendido, menos un pequeño reducto de cabezotas con sede en Génova 13, que el modelo neoconservador ha fracasado y que el futuro es el de la política económica que viene defendiendo largos años la izquierda europea que representa el socialismo socialdemócrata.
Aznar, un reconocido halcón "neocon", dice saber cómo salir de esta crisis, pero nos pide un ejercicio de fe y de nostalgia por el pasado sin concretar más medidas que la petición generalista de una reforma laboral, aunque todos somos capaces de intuir por donde andan los tiros: abaratar el despido
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